
16/10/2024
Nuestra Fiesta Patronal: Un Canto a la Tradición
En el corazón de Ticapampa, un viejo y alegre pueblo minero, late la pasión por la fiesta. Aquí, el tiempo se detiene, y la nostalgia se entrelaza con la alegría. Ticapampa es cuna de vibrantes fiestas de lidia de toros de casta, donde los bailes al son de huaynos se mezclan con las explosivas notas de cumbia, todo bajo la benevolente mirada de la Virgen del Pilar, nuestra madre celestial, quien nos bendice con su presencia.
La historia de nuestro pueblo es también la historia de nosotros, forjada por hombres barbudos que cruzaron océanos en busca de riquezas y por nuestros abuelos nativos, quienes defendieron su tierra y su cultura con orgullo. Pero hoy, no es día de evocar el pasado, sino de celebrar la unidad y la tradición que nos une como comunidad.
Cada 12, 13 y 14 de octubre, de todos los años, la Plaza de Armas se transforma en un vibrante escenario de alegría, donde generaciones enteras se reencuentran. Los ancianos, en quienes resuena la sabiduría del tiempo, los padres de ayer, los jóvenes con sus sueños y los niños que traen la risa, todos se dan cita para bailar, reír y compartir momentos imborrables. La Iglesia Matriz, testigo silencioso de nuestra historia, se alza como un faro que nos cobija en este abrazo festivo.
Este año, la celebración no fue la excepción. La cordillera Blanca, con sus nevados majestuosos, fue el telón de fondo perfecto para las agrupaciones de cumbia, que deslumbraron con su ritmo contagioso. Desfilaron solistas, bandas de música y otros artistas, llenando cada tarde de emoción y alargando las noches hasta el amanecer.
A más de 3000 metros de altura, el sol puede ser abrasador y la lluvia puede caer a raudales, pero la gente de Ticapampa y sus visitantes nunca cesan en su alegría. Su espíritu es indomable, porque aquí la tradición es más que una celebración; es vida misma.
Y cuando finalmente la fiesta llegue a su fin y nuestros visitantes partan, quedará la certeza de que siempre volverán. La tierra que nos vio nacer se ha quedado grabada en nuestros corazones, y su llamado es tan irresistible como el abrazo de un viejo amigo. Los ancianos de hoy se convertirán en los recuerdos de mañana, y los niños que juegan en las calles serán, algún día, los guardianes de nuestra tradición.
Así que regresaremos, año tras año, para celebrar nuestra fiesta patronal, para recordar quiénes somos y para asegurarnos de que la llama de la tradición continúe ardiendo en el corazón de Ticapampa.
Lucio J. Zelaya Arnao.
CREDITOS DE FOTOGRAFÍA DE "TICAPAMPA La Millonaria"