23/05/2025
En la Antigua Roma, los perros no solo eran guardianes o cazadores: también eran parte de la familia.
Y cuando morían, muchos recibían epitafios escritos en piedra, igual que los humanos.
Aunque no se conocen los autores, arqueólogos han encontrado inscripciones funerarias dedicadas a perros con frases breves pero profundamente emotivas.
Entre las más impactantes están:
🐾 “Nunca ladró sin razón”
🐾 “Patricus, nunca más me darás mil besos”
Estos mensajes, escritos hace más de dos mil años, revelan cuánto amor y afecto sentían los romanos por sus mascotas.
Una prueba más de que el vínculo con los animales trasciende el tiempo.