09/04/2025
Cuando una familia viene a recoger a uno de mis gatitos, como fue el caso de este fin de semana con Tsukuyomi, me gusta que sepan que en esta casa no sólo están adoptando a un bebé bien criado, socializado y amado, sino que también se están llevando parte de una filosofía que pone el bienestar de las madres por encima de todo.
Tormenta la mana de Tsuku, por ejemplo, ya estaba esterilizada cuando su hija fue adoptada. Solo tuvo una camada. La retiré porque su parto fue atípico: solo tuvo dos gatitos y el proceso duró 14 horas. Fue complejo, tanto física como emocionalmente para ella. Perdió mucho peso, no se recuperaba del todo, y justo cuando pensaba que ya estaba mejor, comenzó a entrar en celo en plena temporada de calor. Y yo no quise arriesgarla más. No me pareció justo seguir esperando a que “se recupere” sabiendo que su cuerpo me estaba diciendo otra cosa. Preferí cuidarla.
Lo mismo pasó con Parerga, que tuvo solo dos camadas. Una de siete y otra de nueve. Fue una mamá espectacular: partos rápidos, sin complicaciones, una leche abundante, una recuperación inmediata. Pero incluso en su caso, decidí retirarla. Porque aunque ella siempre estaba bien, yo no quería seguir poniendo a prueba su fortaleza. ¿Para qué esperar a que algo salga mal si ya cumplió y dio todo con generosidad?
Tormentita, también ya tiene un hogar y pronto se irá. Parerga, por su parte, vive feliz en Aguascalientes. Y eso es lo que quiero: que mis gatas vivan vidas plenas, que tengan descanso, juego, amor, y que las familias que se llevan a sus hijos sepan que no vienen de una crianza desmedida, forzada, o impersonal.
Aquí no se sobreexplota a ninguna hembra. No se les exprime hasta que ya no puedan más. Aquí se escucha a cada una, se observa su cuerpo, sus partos, sus señales, y se respeta su historia.
Quiero que quienes adoptan desde mi casa se vayan con la tranquilidad de que no están fomentando prácticas irresponsables. Que no hay una mamá abandonada detrás del gatito que se llevan. Que hay conciencia, cuidado y decisiones difíciles tomadas desde el amor.