Nutrición canina

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01/05/2025

🔴Cuando un lobo pierde una pelea contra otro y se da cuenta de que no tiene ninguna oportunidad de ganar, tranquilamente ofrece su clavícula a su oponente.

En ese momento sucede algo increíble: el lobo vencedor se paraliza de manera inexplicable y su fuerza disminuye de repente.

Una fuerza superior lo detiene, impidiéndole matar por poder a uno de sus propios semejantes que se ha rendido y aceptado su derrota.

Algunos mecanismos grabados en su ADN, o quizás algo aún más profundo, impulsan la tregua y le recuerdan que la especie es más importante que el placer de eliminar a los suyos. ¡Qué hermosa hora instintiva!

Nadie llamaría cobarde a un lobo que se rinde. Nadie diría que matar a quien ya se ha rendido es un acto heroico.

Simplemente, en esta pelea no hay perdedores: hay dos ganadores. Los lobos detienen la batalla y el ciclo de la vida continúa.

¡Ojalá los humanos aprendieran de los lobos a no matarse unos a otros por orgullo o sed de poder!

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