17/08/2025
"𝗟𝗔 𝗠𝗔𝗡𝗔𝗗𝗔 𝗗𝗘 𝗗𝗢𝗡𝗡𝗬, 𝗘𝗗𝗨𝗖𝗔𝗖𝗜Ó𝗡 𝗜𝗡𝗧𝗘𝗚𝗥𝗔𝗟"
Hoy sonó la alarma a las 5 de la mañana, un domingo. Para muchos, esa hora significa seguir dormidos, arroparse un poco más y dejar que el tiempo pase lento. Para mí, en cambio, es el inicio de un día lleno de propósito, de emoción y de gratitud. Levantarme tan temprano un domingo no es un sacrificio: es un regalo. Es la oportunidad de compartir la montaña con mis perros, Wyatt, Anita y Hannah, que apenas sienten el movimiento en casa, ya saben que algo grande está por venir. Sus miradas, sus colas agitándose, su energía desbordada son la chispa que enciende todo lo que sigue.
La montaña siempre nos espera. Ese silencio fresco del amanecer, esa brisa que limpia la mente y que solo se siente a esas horas en que el mundo todavía duerme. Caminar entre árboles, respirar profundo, ver el cielo pintarse de colores, y hacerlo acompañado de seres tan leales como los perros es algo que no se puede describir del todo, solo se puede vivir.
Pero hoy, además, no somos solo nosotros. Hoy es especial, porque vamos con una familia increíble que se ha vuelto parte de esta historia: Oso, Milka y Zelda, junto con Dani y Andrea. Juntos hemos compartido pasos, esfuerzos, aprendizajes y también silencios de esos que no necesitan palabras. Hoy celebramos algo más grande que una simple salida a la montaña: celebramos la graduación de este grupo maravilloso. Es un cierre, pero también un comienzo, un reconocimiento a todo lo que han caminado, a lo que han aprendido y a lo que han transformado en su andar.
No puedo evitar sentir un enorme agradecimiento hacia Dani. Porque estar aquí no fue casualidad, fue resultado de madrugadas, de constancia, de no rendirse, de dar siempre un poco más. Preparar todo un domingo de madrugada, salir con frío, dejar la comodidad de la cama, organizar a los perros, a la familia, a uno mismo… no es sencillo. Pero Dani lo hizo, y lo sigue haciendo, con un amor y una entrega que inspiran. Gracias, Dani, por tu esfuerzo, por no desistir, por enseñarnos con tu ejemplo que los logros más grandes se construyen con disciplina y con corazón.
Hoy la montaña será testigo de una celebración distinta. No es solo caminar, no es solo subir, no es solo disfrutar del aire puro. Hoy es la graduación, un símbolo de todo lo aprendido y vivido juntos. Wyatt, Anita, Hannah, Oso, Milka y Zelda corriendo libres, Dani y Andrea sonriendo, y yo agradeciendo por cada instante. Porque cuando uno se levanta a las 5 de la mañana un domingo, se da cuenta de que no se está perdiendo de descansar: se está ganando la vida.
Este amanecer es un recordatorio de que la verdadera bendición está en los momentos compartidos, en los pasos que se dan con quienes amamos, en los logros que celebramos juntos y en los recuerdos que se quedan para siempre. Hoy, la montaña se llena de nombres, de ladridos, de voces y de gratitud. Y yo me siento afortunado, profundamente afortunado, de ser parte de este día tan especial.
𝑬𝑫𝑼𝑪𝑨𝑵𝑫𝑶 𝑯𝑼𝑴𝑨𝑵𝑶𝑺 𝑷𝑨𝑹𝑨 𝑺𝑬𝑹 𝑴𝑬𝑱𝑶𝑹𝑬𝑺 𝑮𝑼Í𝑨𝑺 𝑪𝑨𝑵𝑰𝑵𝑶𝑺.
𝑷𝑶𝑹 𝑼𝑵𝑨 𝑪𝑼𝑳𝑻𝑼𝑹𝑨 𝑨𝑵𝑰𝑴𝑨𝑳 𝑹𝑬𝑺𝑷𝑶𝑵𝑺𝑨𝑩𝑳𝑬.