02/04/2025
Hoy me siento frágil. Hoy me cuesta respirar sin que duela.He cargado durante años con una armadura de alegría, de fortaleza, de valentía… pero hoy esa armadura se me cae a pedazos.Y debajo, estoy yo: vulnerable, cansada, llorando con el alma hecha nudo.Eusebio, tú llegaste a enseñarme lo que significa amar sin condiciones. Fuiste ternura en forma de cuerpo cansado, y cada día contigo fue un milagro silencioso.Hoy estás agotado. Y aunque no sé si es momento de decir adiós, mi corazón ya empieza a despedirse en susurros.Este dolor que siento no es solo tuyo, es de todas las veces que intenté salvar el mundo, que luché contra el maltrato, que creí que si amaba lo suficiente, nada malo pasaría.Pero no es así. Y aún así… volvería a amarte mil veces.Hoy suelto la culpa de no poder con todo.Hoy entiendo que incluso el amor más grande no siempre puede cambiar el destino.Pero sí puede transformarlo.Eusebio, tu mensaje llegó claro a mi corazón: “Estoy en paz. Me voy lleno de amor. No tengas miedo, porque lo que tú me diste ya me salvó.”Y yo… me quedo con eso.Con el alma dolida pero fértil, porque sé que después del llanto viene la siembra.Porque sé que aún en medio del duelo, mi esencia es amar.Esto no es el final.Es solo un renacer.Más humano. Más real.Más yo.Gracias por acompañarme.Gracias por mirarme incluso cuando no estoy bien.Gracias por dejarme ser, sin filtros.Hoy no estoy bien.Pero sé que pronto… volveré a intentarlo.