
01/02/2025
Hoy celebramos el día nacional del ajolote!!! 🎉🎉🎉
Una especie qué es parte de la identidad cultural de nuestro país y qué ahora forma parte de muchos de nuestros hogares.
Este animalito tiene también un simbolismo muy interesante, ya que represente la biodiversidad, la esperanza y la resistencia de nuestra tierra.
Y para los que no la conozcan, aquí les dejamos la leyenda tan interesante de estos pequeños "monstruos de agua"
XÓLOTL, EL DIOS QUE NO QUERIA MORIR
Hace mucho tiempo, los dioses decidieron reunirse en Teotihuacan para crear el universo ofreciendo su propia vida en sacrificio. Deidades como Huitzilopochtli, Xochipilli y Tezcatlipoca, entre otros, se arrojaron al fuego, sin embargo, uno de ellos no quería hacerlo, pues tenía miedo. Este era Xólotl, el dios perro y gemelo de Quetzalcóatl.
Xólotl no quería arder, aunque su inmolación era importante para dar movimiento a los astros y, así, concluir la invención del universo. Entonces tomó valor y huyó velozmente de Teotihuacan hacia rumbo desconocido.
Los dioses estaban enojados ante tal acción, por lo que le ordenaron al Viento encontrarlo para que cumpliera el sacrificio. La tarea no era tan fácil, pues Xólotl empezó a transformarse en diversas especies para que no lo hallaran.
La primera forma que adoptó fue la de un guajolote, pero al verse amenazado por la cercanía del viento, se convirtió en maguey. Luego tomó la figura de un perro xoloitzcuintle, pero de nuevo fue rastreado, por lo que alteró su cuerpo para lucir como una planta de maíz.
A pesar de todas las transformaciones, Xólotl era localizado por el enviado de los dioses. Al no tener escapatoria, decidió arrojarse al lago convirtiéndose en un axolote.
El dios Xólotl tomó forma de un ajolote, anfibio con increíbles características.
Xólotl salvó su vida al transformarse en un anfibio con rasgos larvarios y la capacidad de regenerar extremidades.
La nueva apariencia de Xólotl fue la de un pequeño anfibio con branquias en forma de cuernitos, las cuales le ayudaban a respirar dentro del agua. Así navegó durante días dentro del lago salvando su vida hasta que, finalmente, fue atrapado por el Viento.
Fue llevado de regreso a Teotihuacan para terminar el ritual y, con la primera gota de su sangre que cayó, los astros empezaron a moverse. Así, la creación del universo se daba por concluida.