
18/05/2025
¿El Dr. Simi ahora también sería veterinario?
¿Y eso qué implicaría realmente para nuestros animalitos de compañía?
1. Fachada de profesionalización:
¿Quién estará detrás del consultorio?
¿Veterinarios generales sin experiencia, mal pagados, sin historia clínica, sin diagnóstico, sin seguimiento? ¿Consulta de 10 minutos a precio de remate?
La salud no puede improvisarse.
2. Lo mínimo como estándar:
Antibiótico, desparasitación y una vitamina.
¿Eso es todo lo que vale la vida de tu animalito de compañía?
Desaparece la medicina preventiva, el diagnóstico diferencial, el manejo del dolor, la conducta, la empatía.
Lo que no se ve, no se paga. Lo que no se paga, no se trata.
3. Competencia desleal, precarización real:
Mientras quienes nos dedicamos con ética y vocación al cuidado profesional de los animalitos de compañía sostenemos una atención integral y personalizada, ahora debemos competir con corporativos que abaratan no por compromiso, sino porque pueden absorber pérdidas mientras desplazan a quienes sí construyen vínculo.
Esto no es salud, es estrategia de mercado.
4. Relación tutor-veterinario: vínculo que importa.
Nuestra relación no es solo técnica.
Es humana. Es de confianza. Es historia clínica compartida.
La industrialización del servicio fragmenta ese vínculo, lo vuelve reemplazable. Y cuando se rompe la continuidad del cuidado, los errores aumentan, los diagnósticos se retrasan… y las despedidas llegan antes de tiempo.
En EMERVET creemos que tu animalito de compañía no necesita una receta genérica.
Necesita ser escuchado, examinado, diagnosticado, respetado.
Y eso no se vende en pastilla.
Ni en combo.
Ni con el Dr. Simi bailando al fondo.