02/10/2025
No fue solo una científica, fue una voz que aprendió a conversar con los chimpancés, pero también con los árboles, con la tierra, con la esperanza humana. Empezó en Gombe, Tanzania, en 1960, con curiosidad, paciencia y reverencia. 
Le enseñó al mundo que no hay ciencia sin corazón, que no hay protección sin empatía. 
Para ella, la naturaleza no era escenario, era hogar.