
15/07/2025
Amansar a un caballo —de verdad— es uno de los actos de amor más grandes que existen. Porque es dar sin garantía. Dar tiempo, espacio, regulación… sin saber si algún día confiará en ti, si cambiará, si se dejará acompañar, o cuándo. Y aun así, lo haces. Estás presente cuando expresa tensión, dudas o rechazo. No porque esperes una respuesta inmediata, sino porque entiendes que este proceso requiere tiempo, constancia y respeto.
Cuando un caballo se aleja o evita el contacto, muchas veces no está rechazando el presente, sino reviviendo experiencias pasadas que ha asociado al ser humano. Por eso, antes de intervenir, hace falta observar, contener y crear condiciones para que el caballo pueda expresar y soltar.
El verdadero trabajo no empieza en el cuerpo del caballo, sino en el estado interno de quien lo guía. Es ahí donde empieza el amansamiento: en la capacidad de estar sin presionar, de acompañar sin imponer, de ofrecer calma sin pedirla a cambio.
Eso es amansar.
Eso es amar.
Binomio: Nala&Ada
Horse Revolution - Revoluciona tu equitación