
01/08/2025
Querida decoradora entusiasta
seguramente tu casa está cargada de recuerdos.
Yo me di cuenta que estaba llena
de objetos que no eran míos pero que ahí estaban…
porque nos los dieron,
porque “todavía funciona”,
porque “me da pena tirarlo”,
porque “me recuerda a…”.
Acumulamos sin darnos cuenta.
Por miedo a soltar.
Por si hace falta.
Por no parecer desagradecidas.
Y lo que empieza siendo un rincón,
acaba ocupando una estantería entera.
Una habitación entera.
Una parte de tu cabeza, incluso cuando no estás en casa.
Porque no es solo el espacio lo que se llena.
Es la energía.
Es la sensación de que no hay sitio para ti.
Y no hablo de minimalismo.
Hablo de tomar decisiones conscientes.
De dejar de vivir en automático.
De mirar lo que tienes y preguntarte:
¿Esto me gusta realmente? ¿Esto me aporta? ¿Esto es mío o lo heredé con culpa?
Yo lo viví.
Y sé lo difícil que es enfrentarte a tus propios objetos.
A tus miedos, a tus duelos, a tus apegos materiales que no quieres soltar.
Pero también sé lo que hay al otro lado:
la ligereza, la calma, la claridad mental.
Dormir mejor.
Elegir con más facilidad.
Recuperar espacio… pero también autoestima.
Por eso este trabajo no va solo de “decorar”.
Va de darte permiso para construir un hogar que crezca contigo.
No con lo que fuiste.
Sino con lo que ya estás lista para ser.
🌱 Si todo esto te resuena, el carrusel de hoy te va a ayudar a entender cómo trabajo,
y por qué esto es mucho más que cambiar cojines.