30/06/2025
Cuando la temperatura ambiental aumenta, los vasos sanguíneos se dilatan para bajar el calor corporal (respuesta fisiológica) y el perro va a necesitar cambiar su comportamiento para ayudar a que su cuerpo vuelva al equilibrio (respuesta conductual).
Es una cuestión de supervivencia y bienestar: el cuerpo detecta una amenaza y responde fisiológica y conductualmente.
Así que ante la amenaza del calor, el perro necesita más agua, un lugar más fresco y reducir al mínimo su actividad. Y si no puede hacerlo, su cuerpo no logrará reducir la temperatura corporal y volver al equilibrio, apareciendo el estrés y la ansiedad.
Por ejemplo, si durante el paseo el perro tiene calor y va atado a una correa que le impide decidir tumbarse a una sombra o refrescarse en una fuente, o simplemente en nuestra casa hace mucho calor. Al no poder encontrar soluciones para regular su temperatura corporal, su organismo se activa con una respuesta de estrés y/o ansiedad: tirar más de la correa, irritarse por cualquier cosa, ladridos, frustración, reacciones más intensas, inseguridad, miedo,...
Si detectas estos síntomas, ahora no es momento de exigir un mejor comportamiento si no de ofrecerle ayuda para que su organismo vuelva al equilibrio:
- paseos breves, zona con sombra, mejor tierra que asfalto, evitar horas de más calor
- usar correa larga y respetar 100% sus paradas y preferencias de zona de paseo
- tener siempre agua fresca a su disposición, refrescarles extremidades y parte inferior del cuerpo
- ofrecer la comida fría y húmeda
- descanso en el lugar más fresco posible de la casa
- reducir al máximo su actividad física y nuevas experiencias.
Ahora estamos en plena ola de calor pero cuando pase, seguiremos estando en verano y con temperaturas muy elevadas. Así que durante toda la estación, ten en cuenta adaptarte para reducir al máximo el estrés por calor y los riesgos para su salud física y emocional.