14/08/2025
Quererlos también implica cuidarlos en su alimentación.
NO es Amor dejarlos comer todo lo que quieran y no ejercitarlos a nuestros gatos caseros.
El famoso gato de un refugio ruso, la fuga que salió mal y la lucha que no pudo ganar. En un refugio de animales en Perm, Rusia, vivía Kroshik, un gato que llegó con 17 kilos encima tras una vida de abandono y sobrealimentación. Apenas podía moverse, así que sus cuidadores armaron un plan estricto de dieta y ejercicio para darle una nueva oportunidad.
Kroshik, sin embargo, tenía carácter. Un día, en lo que pareció un intento de escapar de la rutina, terminó atascado en una zapatera con la cabeza dentro de un Croc azul. La escena, absurda y tierna a la vez, se convirtió en una de las fotos más compartidas del refugio.
Aun con esos tropiezos, el progreso se notaba: empezó a perder peso, a ejercitarse en una cinta acuática y le afeitaron la barriga para secarlo más rápido después de cada sesión. La meta era ambiciosa: llegar a un peso saludable cercano a 4,5 kilos.
Pero el 30 de octubre de 2024 la historia tomó un giro triste. Los veterinarios detectaron que la obesidad había ocultado tumores y su salud se deterioró con rapidez. Tenía alrededor de doce o trece años. Kroshik murió acompañado por quienes lo cuidaron y lo hicieron sentir querido en sus últimos meses.
Su imagen sigue circulando en redes, recordándonos que detrás de las fotos virales hay batallas reales. La lección es doble: la obesidad en mascotas no es un chiste sino una enfermedad silenciosa que puede costarles la vida, y aun cuando el final no sea el que esperamos, siempre podemos llenar sus días de cuidado, cariño y dignidad.