
11/08/2025
Prancer, el pequeño chihuahua que es 50% odio y 50% temblores, cuya adopción fue posible gracias a una publicación brutalmente honesta de su cuidadora Tyfanee Fortuna. 💚
Me llamo Prancer. Tengo dos años, trece libras de furia contenida, y la energía emocional de un niño victoriano traumatizado. No soy un perro. Soy una advertencia.
Odio a los hombres. Odio a los niños. Odio a otros animales. Odio los ruidos fuertes, los abrazos inesperados, y que me hablen como si fuera un cupcake con patas. No soy dulce. Soy intenso.
Un día, mi humana temporal, Tyfanee, se cansó de fingir. Publicó en Facebook lo que nadie se atreve a decir: Que soy un gremlin. Un demonio. Una máquina de rabia con orejas puntiagudas. Y el mundo… me amó por eso.
Miles compartieron mi historia. No por ternura. Sino por honestidad. Porque en un mundo de filtros, yo soy puro instinto.
No siempre fui así. Mi primera humana me trató como un bebé humano. Cashmere, sándwiches de tocino, cero socialización. Cuando me dejó, yo no sabía cómo ser perro. Solo sabía cómo defenderme.
Y entonces apareció Ariel. Una mujer que había amado a un perro como yo. Que entendía los ladridos, los temblores, y el arte de no tocar hasta que el otro esté listo. Nos miramos. No hubo magia. Hubo reconocimiento.
Ahora vivo con ella. Todavía ladro. Todavía gruño. Todavía parezco salido de una novela gótica. Pero tengo un hogar. Uno donde no me piden que sea adorable. Solo que sea yo.
No todos los perros son fáciles. No todos los rescates son dulces. Pero todos merecemos una oportunidad. Incluso los gremlins. Especialmente los gremlins.
📷 FB/ Tyfanee Fortuna