22/09/2025
Hablemos sobre el sentido de justicia de los perros.
Y si alguna vez lo has tenido en cuenta a la hora de convivir.
Resulta que existe un experimento que se ha repetido en muchas ocasiones, y que da mucho que pensar.
Te cuento.
Tenemos a un sujeto A y a un sujeto B.
Le decimos a A que le daremos mil euros, con la condición de que lo reparta con B como considere.
Y le decimos a B que, si se niega al reparto que realice A, ambos se quedan sin pasta.
A reparte y B acepta, los dos se llevan dinero.
A reparte y B no acepta, ninguno se lleva dinero.
Hasta aquí todo claro.
¿Qué harías tú de ser A?
Yo lo primero que pensé es “Pues 50/50, así acepta seguro y los dos contentos”
Parece que soy un poco tonta.
Las opciones se mueven entre “A da una miseria a B, por ejemplo 10 euros, y B se niega”
“A da más a B, por ejemplo 100 euros, y B se niega”
“A da a B mucho, pero no la mitad, por ejemplo 400 euros, y B transige”
Al parecer, las dos primeras opciones dan pie a algo interesante.
En un caso, pues mira, eres un rata, así que te jodes y te quedas sin nada.
En el segundo supuesto, vale, es dinero, pero me parece poco, así que prefiero que los dos nos quedemos sin nada a que yo pille cien euros y tú te quedes con mucho.
Esto ya me empieza a chirriar.
Prefieres que los dos perdáis, a que tú ganes poco (a cambio de nada) y otro gane más.
La tercera opción se supone que encaja en nuestro sentido de la justicia.
Yo recibo bastante, y me parece justo que tú te quedes con algo más porque…porque ….¿porque el que parte y reparte se lleva la mejor parte?
¿O porque ya parecería de idiotas perder 400 euros regalados porque el reparto no es 100 % equitativo?
No sé.
El caso es que existen experimentos para valorar el sentido de la justicia en perros a la hora de repartir
(Con dinero, no, con otras cosas)
Y resulta que se mosquean bastante cuando se está siendo injusto en el reparto.
Da igual si tú te quedas con casi todo.
O si es otro el que recibe mucho por hacer lo mismo por lo que a él le dan poco.
Así que ahí va mi pregunta incómoda de hoy, aun a riesgo de quedarme sin amigos.
¿Y si esa es la razón por la que tu perro no te hace caso?
El motivo por el que te lleva la contraria por sistema, o te planta cara, o se aleja de ti y te vacila un día sí y otro también.
Quizá lo que estés achacando a cabezonería, rebeldía o a que no sabes educarlo sea simplemente que aprecia una clara injusticia.
Una asimetría excesiva en vuestra relación.
Y prefiere perder él y hacerte perder a ti, antes que aceptar esa injusticia.
Dale una vuelta a la idea, valora qué tal se te da negociar con tu perro en el día a día, y cuántas veces te sales tú con la tuya, y él no obtiene nada.
O se lleva un trocito de salchicha a cambio de un esfuerzo que él considera importante.
Y cuántas veces eres tú quien cede o quien da o quien pierde, a cambio de que él gane (en comodidad, en seguridad, en calidad de vida…)
¿Sigues ahí, o me has mandado a la mierda?
Bien, pues concluyo.
La educación amable y empática no va de ser majo y darle salchichas al perro y dejarle hacer lo que quiera.
Va de comunicarse asertivamente, negociar, dejar de usar la comida como soborno y el cariño como chantaje, de poner (que no imponer) límites socialmente lógicos frente a normas de “porque yo lo valgo”
Va de preguntar y escuchar, de llegar a acuerdos y valorar a tu perro como uno más de la familia, de convivir entendiéndose y aceptándose.
Y como todo esto suena muy bien, pero es algo ambiguo, igual necesitas orientación y acciones concretas.
Pues puedes empezar con el libro que estoy regalando.
Escribes LIBRO en los comentarios, y te lo mando.