30/05/2025
La cicatrización de grandes heridas requiere un manejo cuidadoso y un conocimiento preciso del proceso de cicatrización. Esta tiene tres fases, una primera inflamatoria, seguida de una fase proliferativa y una última de remodelación. La duración y eficacia de cada una de estas fases se ve influida por el manejo médico que hagamos, y que debe incluir el desbridamiento, el control de la infección y la inflamación y el equilibrio de la humedad. Hoy disponemos de una gran cantidad de herramientas para ello, como apósitos medicados, soluciones y productos de limpieza y desinfección, dispositivos de vacío, etc... También contamos con una gran variedad de terapias de apoyo, que aceleran y potencian el proceso de la cicatrización. Uno de ellos es la fotoestimulación, que usamos de forma habitual en la clínica dada la notable mejoría que produce en el proceso cicatricial. Este perro se encontró con una lesión masiva en su carpo, aparentemente por presión, que había provocado la necrosis de la mayor parte del tejido blando en toda la circunferencia alrededor del hueso, comprometiendo tanto el retorno venoso como la irrigación tisular. Tras el desbridamiento y limpieza de la herida, se sometió a una sesión de fotoestimulación. Además, se protegió la herida con un vendaje sobre apósitos que mantienen la humedad del tejido. Una semana después, la infección y la inflamación se han controlado por completo y el proceso de cicatrización esta muy avanzado. Se repite la fotoestimulación, y otra semana después, la cicatrización de la herida es casi completa.