24/09/2024
PEQUI-BELL: La historia de uno de tantos Ponis.
Han sido unos meses de completa dedicación, trabajo y esfuerzo desde que asumimos a este animal, no hemos tenido ni un respiro, el proceso ha sido largo y el final muy traumático, pero debemos contarlo para al menos, honrar a este pequeño.
Su historia empieza en un pupilaje, donde una pareja de ponis llegaron. La hembra estaba bien y no tuvo problema para encontrar propietario. El macho, por su tremenda lesión que arrastraba de tiempo (y que habían intentado curar en el pupilaje), auguraba que no iba a tener el mismo final.
Decidimos hacernos cargo y tramitamos la cesión con el propietario. Estaba claro que nadie iba a querer un animal con 20 años en condiciones deplorables.
Después de una visita veterinaria, éste decidió intervenir al animal de urgencias, aunque no era la época adecuada por los insectos, para que de alguna manera pudiera hacer una vida “normal”. El origen de la tremenda herida en el labio inferior, lo desconocíamos, pero no podíamos dejarlo así.
Tras la cirugía y visitas veterinarias, fueron curas a diario que tuvimos que practicar. Toda una odisea siendo verano con el problema de las moscas y gusaneras. La propuesta veterinaria de tener la lesión escayolada no fue nada bien, no funcionó pasadas unas horas de la intervención quirúrgica.
Como el tejido seguía aumentando día tras día, recurrimos a una segunda opinión de otro veterinario. El crecimiento podía ser tejido de granulación o tumor. Y tras analítica y biopsia de la masa, ocurrió lo peor. Era un sarcoma con alto grado de reproducción, invasivo, que no iba a dejar de crecer. A esto se le sumó que el hematocrito que presentaba este animal era de 11% (casi incompatible con la vida). Y en el estado en el que estaba, podía morir en una transfusión de sangre.
No hemos querido tirar la toalla, hemos luchado todo lo posible. Nos lo trajimos a nuestro terreno con código REGA (Registro Explotación Ganadera) que tramitamos para poder tenerlo de manera legal y cuidarlo en persona.
Aumentamos las curas a dos diarias. Compramos todos los suplementos posibles, medicación y comidas diferentes para que remontara. Luchamos sobre todo por el afán de vivir de este abuelito, por sus ganas de pasear, de salir a comer higos, pastar, de pedir sus zanahorias, de tumbarse al atardecer, de acercarse a la mesa donde nos sentábamos… estuvimos a su lado día y noche.
Pero fue en vano, llegó el momento en que ya no pudo más.
PEQUI-BELL no se pudo ir rápido, tuvimos que ayudarlo a morir, por lo que el veterinario tuvo que eutanasiarlo. Fueron horas muy duras, pero sabíamos que ya no iba a haber vuelta atrás, lo más digno era dejar descansar a un cuerpecito que ya solo pesada 98 kilos.
De la vida anterior de PEQUI-BELL no sabemos nada, no sabemos que fue de él en 20 años, pero podemos intuir que no fue una estampa bucólica trotando por praderas… Este poni tuvo varios propietarios y como la mayoría de los équidos, pasan de mano en mano. Hasta que llega la vejez.
Los ponis tuvieron una época de moda: los enganches y carruajes, atracciones en las ferias, han sido regalo para hijos, nietos… pero como todo eso pasó por fin, es muy negro el futuro para los animales que quedan de esos años. Los que aún están vivos, suelen estar reventados. Los que se desecharon, fueron al matadero.
El final de los días de este animal fue tranquilo, con nosotros, en un paddock libre y paseando a su antojo rodeado de cariño. Hubiéramos querido que su jubilación hubiera durado muchos años más, pero nos cruzamos muy tarde en su camino. A pesar de las dolorosas curas, sabemos que estaba a gusto en compañía nuestra, mostrando su tierna mirada de agradecimiento.
Solo nos queda honrarlo, contar su historia para dar visibilidad a esta especie que ha estado siempre tan maltratada, sirviendo únicamente como entretenimiento y trabajo.
Con él se ha ido mucho coste personal y económico, como no: facturas de pienso, suplementos, medicaciones, pupilaje, pastor eléctrico, forraje, veterinarios, cirugía, transportes, tasas retirada de cadáver, camión pluma, etc... ha sido una barbaridad. Nos ha dejado temblando la Asociación, pero no podíamos hacer otra cosa.
Pedimos un empujoncito para seguir adelante. Porque por desgracia, sin recursos económicos no se puede hacer mucho por los animales, es la triste realidad.
Por último queremos agradecer a Manuel Naz, veterinario equino, por estar hasta el último momento con nosotros y acompañarnos en lo más doloroso. Agradecemos su empatía, integridad y profesionalidad.
No queremos finalizar sin hacer una mención “especial” (que tramitaremos como es debido) de la empresa de municipal Sadeco de Córdoba, que tardó nada más y nada menos que 48 horas en recoger el cadáver de PEQUI-BELL. En pleno Agosto, en Córdoba, a más de 40 grados…
Esto supone el sufrimiento de ver un animal fallecido, descomponiéndose y que la recogida se hace cuando ellos disponen. No tienen servicio ininterrumpido de retirada de animales mu***os a pesar de pagar una tasa de 216,69 €.
Por supuesto, pediremos ayuda y colaboración para que esto no ocurra más.
Asociación Protectora de Animales y Plantas "El Amigo Fiel Córdoba"
CONTACTO: [email protected]
WEB: www.elamigofielcordoba.org
FACEBOOK: https://www.facebook.com/ElAmigoFielCordoba/
PAYPAL: [email protected]
BIZUM: 04429
Nº CUENTA: ES23 0075 1002 45 0600110946
TEAMING: https://www.teaming.net/a-p-a-p-elamigofiel-cordoba
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