17/04/2025
Gatos Maine C**n de Origen Maine: Una Herencia Autenticada
Por siglos, el gato Maine C**n ha sido símbolo del vínculo entrañable entre el ser humano y el mundo felino en el contexto costero de Maine, Estados Unidos. En su ensayo, Beth Kus nos guía a través de una travesía histórica que reivindica los orígenes auténticos del Maine C**n, una raza cuyo linaje, a menudo ensombrecido por la comercialización y la mitificación moderna, se entrelaza íntimamente con la vida marítima del siglo XIX.
La autora rescata la voz de Frances R. Pierce, una mujer que desde su infancia en Maine cultivó una pasión genuina por los gatos de pelo largo, mucho antes de que se popularizara el término “C**n”. Pierce, quien contribuyó con un capítulo sobre los gatos de Maine en El Libro del Gato ( 1903 ) , documenta con detalle y precisión las características , historia y presencia notable de estos felinos en las regiones costeras desde mucho antes de la Guerra Civil estadounidense . Su testimonio , recogido con(1903), documenta con detalle y precisión las características, historia y presencia notable de estos felinos en las regiones costeras desde mucho antes de la Guerra Civil estadounidense. Su testimonio, recogido con esmero por Kus, se erige como fuente primaria de gran valor histórico y emocional.
Uno de los aspectos más fascinantes del ensayo es la manera en que se describe el desarrollo del Maine C**n como resultado de la vida naval. Las familias de marineros y capitanes, al viajar por el mundo, traían consigo gatos exóticos que se convertían en mascotas adoradas y eventualmente en progenitores de una población felina cada vez más característica de la zona. Kus, a través de Pierce, describe con ternura la llegada de los primeros gatitos blancos de ojos azules, saliendo de los bolsillos de los marineros como pequeños tesoros vivos. Así, estos gatos —criados con cariño y esmero por generaciones— sentaron las bases de la raza.
El ensayo también hace énfasis en la evolución del gato Maine dentro del contexto de las exposiciones felinas del siglo XIX. Ejemplares como “Capitán Jenks de la Infantería de Marina” o “Richelieu” no sólo eran populares por su apariencia, sino que representaban una identidad regional fuerte. La descripción de estos gatos —atigrados marrones de pelo largo, con cuerpos sólidos, orejas bien definidas y ojos expresivos— perfila un tipo felino adaptado a los climas rigurosos de Nueva Inglaterra, dotado de una elegancia rústica y una nobleza práctica.
Frances R. Pierce no se limita a hablar del aspecto físico, sino que también destaca el carácter bondadoso y la resistencia del gato de Maine. Observaciones como la distribución de colores dominantes (blanco, negro, azul, crema) y la rareza de tonos como el ahumado o la chinchilla, consolidan su pericia como criadora y observadora atenta. Kus nos muestra que, para Pierce, los gatos de Maine no eran simplemente mascotas: eran parte del tejido familiar y comunitario, parte viva de una historia compartida entre humanos y felinos.
Finalmente, Kus nos recuerda que la actual popularidad del Maine C**n ha llevado consigo cierta pérdida de perspectiva sobre su origen. Si bien hoy se le reconoce como una raza de prestigio internacional, pocas veces se honra su origen real: no en laboratorios ni programas de cría sistemática, sino en las casas de madera frente al mar, en los bolsillos de los marineros, en las manos cuidadosas de familias que valoraban su presencia por lo que eran —compañeros, cazadores, parte del hogar.
En conclusión, el ensayo de Beth Kus rescata la autenticidad del Maine C**n, no como una invención moderna, sino como un legado cultural vivo de Maine. A través del testimonio de Frances R. Pierce, se reivindica no sólo una raza, sino una historia profundamente enraizada en la vida cotidiana, la navegación y el amor por los animales. En la memoria de quienes, como Pierce, dedicaron su vida a observar, cuidar y relatar, reside la verdadera esencia del Maine C**n: noble, resistente, genuinamente un gigante gentil.