25/03/2025
SE LLAMARÁ GALGO...
Cuenta la leyenda que un día ventoso, un indio de la llanura aburrido por no poder salir a cazar, lanzó una flecha contra el viento.
Al ver la osadía del indio, el viento trató de detener la flecha pero esta parecía decidida y nada detendría su vuelo limpio y directo al corazón del bosque.
-Viento, porque deseas detenerme, no ves que soy libre!
-Eres más veloz que yo y eso no puedo permitirlo, soy EL VIENTO !!!
-Pronto mi vuelo se detendrá en el corazón de algún árbol y dejaré mi existencia para siempre clavada entre sus anillos, déjame seguir mi destino. – Sollozó resignada la flecha.
El viento sintió compasión entonces cambió de dirección y llevó a la flecha más alto y más lejos, se hicieron amigos, juntos cruzaron el bosque, mares, montañas, observaron cómo los hombres vivían sus vidas monótonas y absurdas, siguiendo las reglas que él mismo se impuso, volaron entre los patos e iniciaron en el vuelo a los pichones de águila en una cumbre de los andes. Así soplando entre las plumas de los otros seres que vivían en el viento, la flecha se enamoró de él, nunca se separaron.
Una noche mientras el viento soplaba sobre una danza aborigen en la llanura se confesaron su amor, el viento sopló como nunca y la flecha se detuvo flotando en las nubes, y se amaron….
De este amor nació un hijo delgado como el cuerpo de la flecha, veloz como el viento, ojos enormes que surcaban el horizonte trazando nuevos rumbos, salvaje y dócil, decidido y sumiso.
-Lo llamaremos GALGO, susurró el viento…
- Solo pudimos darle tu velocidad y mi libertad, no le dimos carácter, no será feroz, no podrá defenderse!!!!! - Dijo la flecha preocupada.
- Será tan veloz que nadie podrá cazarlo, nadie podrá esclavizarlo, confiemos en que la naturaleza del hombre será compasiva con esta criatura, pues es única en sus dones y carácter. Tendrá hijos y serán enviados a distintos lugares de la tierra, desparramados como yo llevo las semillas de las flores por todo el campo y el bosque, será libre, y llevará el amor a cada rincón de esta tierra. Lo conocerán reyes, faraones, su belleza será envidiada por los dioses, su raza cruzará mares y océanos, vivirá en las montañas y llanuras, vivirá en los hogares y quien los conozca serán condenados a desear igualar el amor que hay en sus ojos.
Sí, eso es, se llamará GALGO.