
06/08/2025
Por estos días se cumplen 3 años de haber empezado a repartir paquetes de en mi tienda.
Inició como un proyecto piloto. Era un equipo de gente llena de buena energía poniéndo lo mejor de cada uno para que la idea funcionará. Era un huevo valioso que debíamos cuidar entre todos.
Y lo cuidamos. Yo lo cuidé con dedicación. Me llamaban a las 7pm que necesitaban repartir paquetes de una ruta que no lo hizo, y yo me iba a 500metros para entregar los paquetes y que las estadísticas se mantuvieran a flote. Si las estadísticas caen, el proyecto fracasa. Por eso , yo repartía 160, 180; paquetes en una tarde. Hasta las 11 pm.
En principio, la condición era que no tenía que llevar overs: nl grandes ni pesados. Y así funcionaba. Yo, por las estadísticas, repartía overs de las tiendas que no querían. Cada uno repartía cajas grandes si podía y le apetecia. Esa era una condición que los que empezamos podemos confirmar.
Pero el proyecto tuvo éxito. Ahora ya no nos regimos más por el espíritu de hacer que el proyecto funciones y que estemos todos en un juego ganar-ganar.
De un tiempo es esta parte empieza a salir la esencia de Amazon, el compulsivo deseo de someter y explotar al más vulnerable. Ya no es vamos a ayudarte para que el reparto sea fácil y agradable. Ya no es somos una asociación estrategica del pequeño Comercio con el gigante Amazon. Ahora Amazon manda, y los miserables de las tiendas obedecen o se sancionan.
Yo invertí en varios carritos para los paquetes, arregle las ruedas rotas, pago mi licencia de correos y he pagado un dineral en reparaciones del teléfono que se rompe la caer al intentar dominar las cajas y el carrito. Yo reparti paquetes a más de un kilómetro, cuando lo convenido era 250metros. Todo era un proyecto armónico
Hasta que despertó el tiburón de la empresa. Ahora la idea es someter a las tiendas de reparto a esa exitosa filosofía de que lo mejor es que los trabajadores lleguen acojonados. Amenazan y amonestan por todo. Prestan poca ayuda y de mala gana. Da la impresión de que la gente de la oficina con su c**o sentado son los enemigos de quienes estamos con el c**o ai aire dando la cara a los clientes.
Una pena.