27/10/2025
¿La leishmaniosis canina ya es autóctona en Canarias? Ocho casos apuntan a que sí.
La patología, antes importada, aparece en tres islas en animales que no habían viajado | Se está buscando también el insecto que la transmite.
La leishmaniosis canina es una enfermedad común, con síntomas complejos que pueden llegar a ser letales. Hasta ahora, Canarias había permanecido libre de esta patología zoonótica, que también afecta a otras especies como gatos, liebres y humanos. En el archipiélago solo se detectaban unos pocos casos al año, en animales que habían contraído la enfermedad fuera de las islas, sobre todo en la península, donde presenta una alta prevalencia.
Ahora, el panorama ha cambiado, según expertos de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), que ya han identificado ocho casos clínicos en Gran Canaria, Lanzarote y Tenerife, en animales nacidos y criados en las islas, sin historial de viajes. Uno está pendiente de confirmación, mientras que los otros siete resultaron positivos.
Las primeras señales de casos autóctonos surgieron el año pasado, con la detección de tres perros infectados. El hallazgo se presentó en el Congreso Canario de Veterinaria de Animales de Compañía, en Tenerife, explica José Alberto Montoya Alonso, uno de los participantes en la investigación.
Transmitida por un insecto
Aquel trabajo contenía los primeros datos sobre la aparición de casos autóctonos de esta enfermedad, transmitida por la picadura de un insecto llamado flebótomo, cuya presencia en Canarias también constituye una novedad. «Siempre pensamos que no teníamos flebótomos y que, por tanto, la enfermedad nunca llegaría», explica el veterinario sobre una afección hasta ahora ajena a la práctica clínica local. «De repente, nos hemos encontrado con perros positivos que no han ido nunca a la península ni han salido de aquí. Es decir, hemos constatado que la enfermedad ya está presente y seguimos viendo más casos», añade.
Tras detectar ocho casos confirmados, el equipo continúa buscando más perros afectados y al vector de transmisión, conocido también como mosquito de la arena. El primer paso será alertar a los veterinarios para que identifiquen la sintomatología de esta enfermedad, hasta ahora muy poco frecuente en el archipiélago. También se informará a los médicos, para que estén prevenidos ante una posible transmisión a los humanos. En todo caso, el catedrático de Medicina Animal de la ULPGC asegura que esta enfermedad solo suele manifestarse en personas inmunodeprimidas, con una lesión cutánea conocida como botón de Oriente.
Atajar su expansión
Montoya recuerda el brote de leishmaniosis registrado en 2010 en localidades del sur de Madrid, por la expansión de los flebótomos desde el Levante al resto de la península.
«Si han aparecido positivos, habrá que buscar dónde están los casos, dimensionar la magnitud del problema, evitar su propagación y recomendar la vacunación si fuera necesario», afirma el científico.
La próxima semana se celebrará una reunión con los veterinarios de Santa Cruz de Tenerife para ponerlos sobre aviso respecto a la irrupción de esta enfermedad. Después habrá otro encuentro en Las Palmas. «Como se pensaba que aquí no había leishmaniosis, cuando un perro presenta estos síntomas no se sospecha de esta enfermedad, porque teóricamente no existía», dice Montoya, quien pondrá a disposición de los profesionales los equipos de la Facultad de Veterinaria para estudiar los casos sospechosos.
Medidas de control
Además, en esa reunión se pedirá a los veterinarios que notifiquen cualquier nuevo caso. «Hay que saber cuántos animales enfermos hay y dónde están para evitar que la patología se propague», sostiene Montoya.
«Si no actuamos ahora, puede que nos lamentemos dentro de cinco años, cuando tengamos muchos perros enfermos, numerosas muertes y contagios en humanos», advierte el veterinario sobre una patología cuyo impacto puede prevenirse gracias a la vacunación. También puede tratarse con fármacos antimoniales, aunque «son muy tóxicos, deterioran mucho al animal y suponen un tratamiento largo y complicado, que deja secuelas y no siempre logra curarlo», explica el veterinario sobre este parásito que circula con el torrente sanguíneo, se distribuye por distintos órganos y provoca múltiples lesiones.
La patología, antes importada, aparece en tres islas en animales que no habían viajado | Se está buscando también el insecto que la transmite