21/06/2025
Datos muy importantes
Esa mañana llegaron los tres juntos. Una pareja joven y un gato dentro de su transportador. Se notaba desde lejos que eran una familia. Y lo que más me gustó fue ver cómo lo trataban: con respeto, con preocupación… con amor.
—“Es Ramiro… últimamente está raro, Pancho. Nunca, nunca ha hecho sus cosas fuera del arenero. Pero hace dos días empezó a orinar en la sala… en nuestra cama… y no sabemos qué le pasa.”
Lo bajaron con cuidado. Era un gato adulto, elegante, de ojos enormes y expresión seria. Se notaba que no le gustaban mucho las visitas, pero confiaba en los suyos. Y eso dice mucho.
Mientras conversábamos, noté algo que me hizo detenerme: no era solo un tema médico. Era un tema emocional. Un vínculo herido. Una señal silenciosa.
Porque a veces lo que el cuerpo de un gato grita, no se ve en análisis. Se ve en el clima de la casa, en la energía que respiran.
Hacía frío esos días, mucho. Y ellos mismos dijeron que lo notaban más apático, más pegado a las ventanas cerradas, como buscando calor. Me contaron que ahora trabajaban más desde casa, que los horarios habían cambiado, que Ramiro ya no dormía con ellos como antes. Que hasta el arenero lo habían movido porque “ya no combinaba con el nuevo mueble”.
Y ahí está la clave.
No era solo frío físico. Era frío emocional. Cambio de rutinas, pérdida de espacios, menos contacto. Lo que para nosotros es solo una reubicación estética, para ellos es perder un refugio.
Con cariño, les expliqué que el comportamiento de Ramiro era su forma de pedir ayuda. Que no era una rebeldía… era una forma de decir “algo me está afectando, no sé cómo explicarlo, pero necesito que me entiendan”.
Revisamos todo: descartamos infecciones, reforzamos el abrigo del hogar, les recomendé una cama más cálida, alejada del suelo. Pero sobre todo, les pedí volver a mirar a Ramiro con los ojos del vínculo: ¿Dónde duerme? ¿Cuánto juega? ¿Lo acarician como antes?
Volvieron una semana después.
—“Está mucho mejor, Pancho. Le devolvimos su lugarcito en el cuarto, volvimos a hacerle caso. Y dejó de hacer sus cosas fuera del arenero.”
Eso es medicina. No solo dar pastillas. Es interpretar, leer entre gestos, y sanar vínculos.
Porque, como siempre digo, detrás de cada síntoma… hay una historia.
Y detrás de cada historia, hay un ser que ama y quiere sentirse amado.
— Pancho Cavero
www.panchocavero.com
www.petexperts.pe
🩺 La única sede PetExperts con mi esencia: Av. Las Palmeras 5351, Los Olivos.
📍Muy pronto les contaré dónde será mi nueva matriz.
👀 Atentos a mis redes.
NO ATENDEREMOS SOLO PERROS Y GATOS , CUIDAREMOS VINCULOS 😍😺🐶