07/04/2025
Hoy despedimos a Ruperta, una pequeña gran compañera que, con su presencia silenciosa y única, llenó de ternura y aprendizaje los días de quienes la cuidamos.
Con su espíritu resiliente, luchó con fuerza hasta el último momento, y fue cuidada con un amor que trasciende especies.
Ruperta no fue solo una axolote; fue un ser querido, una vida que dejó huella. En sus movimientos tranquilos, en cada intento por recuperarse, nos recordó la importancia del compromiso, la paciencia y el cariño genuino.
Su partida duele, pero también deja gratitud. Porque existió, porque fue amada, y porque enseñó que cada vida, por más pequeña o silenciosa que parezca, puede ser profundamente significativa.
Descansá en paz, Ruperta. Siempre vas a ser parte de ese rincón del corazón donde viven quienes nos tocaron el alma.